miércoles, 1 de septiembre de 2010

Ni tan fácil...

Que fácil parece decir me rindo cuando las cosas se ponen difíciles.
Que fácil parece huir cuando hay algo que crees no poder soportar.
Que fácil parece decir “no puedo” y no querer poder.
      Esto lo digo porque cuando las cosas no se dan como queremos lo primero hacemos es renunciar. Dejarlo hasta ahí, buscar algo más fácil. Algo que no nos cueste demasiado. Algo que queramos lo suficiente como para hacerlo pero que no nos importe dejarlo hasta ahí (otra vez) cuando se complique.
      Es que es así. A veces por ahorrarnos el trabajo de luchar por algo terminamos desistiendo. Y eso, puede terminar siendo peor. Porque cuando dejamos ir algo enseguida llega otra cosa. Puede ser algo más fácil, y entonces ahí nos damos cuenta que fue una maravilla haber renunciado. Pero también puede ser algo más difícil, entonces ahí es cuando decimos que debimos haber trabajado un poco más por eso que ya no tenemos. Llegan los arrepentimientos y las ganas de querer regresar el tiempo.
      Esa historia puede repetirse cuantas veces no los permitamos. De hecho, podemos pasar la vida así: haciendo hasta la mitad las cosas, renunciando, arrepintiéndonos, queriendo volver al pasado hasta que encontremos otra cosa que hacer… Hasta la mitad, claro. Al final, cuando nos toque contar que hicimos con nuestras vidas. Habremos cumplidos muchos sueños, hasta la mitad. Habremos vivido, la mitad.
      Sé que dicho así suena como algo malo. Y bueno, no es que sea malo vivir a medias. Nada que ver. Incluso, no me atrevería a discutirlo. Solo que… No es demasiado bueno.
Lucha por lo que quieres de verdad.
No trates de tener algo que no quieres.
No trates de ser alguien que no eres.
      Es fácil renunciar cuando no nos importa lo que hacemos o cuando estamos haciendo algo que no queremos hacer.
Voltaire dice: “a la larga, lo que no es difícil no nos gusta.” Mientras más sea el trabajo, más será el valor.
      Nunca, nada va a ser demasiado fácil, pero esa no es razón para desistir. Si quieres, puedes.
      ¿Saben? La satisfacción de haber cumplido una meta luego de haber trabajado duro por eso es inexplicable. El hecho de que haya sido difícil y que aún así lo hayas logrado hace que el triunfo valga más que la recompensa.
      Las cosas que de verdad queremos pocas veces vas a llegar a nuestra puerta sin que hagamos esfuerzo alguno. Para que lo que deseemos se cumpla hay que trabajar, no rendirse, hay que quererlo de verdad, hay que soñar… pero despierto.


Quiero terminar citando a Mahatma Gandhi: “Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.”


Esfuérzate por lo que quieres y entenderás el verdadero valor de las cosas. 

Los quiere.           
Frange Cruces*

1 comentario:

  1. º_º! Wow! Me inspiras...siempre has sido una niña a la que amo, respeto y admiro en muchas cosas...pero hoy por primera vez pude revisar tu blog y aunq siempre me encaaaaaantaaa, me fasciiinaa hablar contigo por como te expresas y tu forma de pensar, osea Woooow... Me maatas... Te Amo Niña.. de pana me inspiras...jajaja... Te AMOOO!! Q Dios Te Bendiga Hermaniitaa Bella!! Felicitaciones por todos tus logros y por los q se q estan por venir, q se q son Muuuchooss y Muuuy Grandes (como la barriga de mi papa xD)! Te Amo! <3

    ResponderEliminar